martes, noviembre 15, 2005

De sapos y princesas



Ella ha sido la única princesa que al besar a un sapo* se convirtió en plebeya. Se trata de la última hija del emperador Akihito. Se casó el 15 de noviembre con un tal Yoshiki Kuroda, un burócrata de 40 años de edad. La ceremonia se celebró por la mañana en el exclusivo hotel Imperial, en Tokio. Desde ahora dejará de ser la princesa Sayako y se presentará sencillamaente como la señora Kuroda.

Confinada desde que nació a una vida palaciega, se desconoce si sabe lidiar con una escoba o si domina el arte de freír un huevo. Acaba de sacar, a los 36 años de edad, su licencia de conducir. Meses atrás se ha venido entrenando para llevar la vida de una ama de casa común y silvestre.

Definitivamente, se le verá comprando carne de pollo, verduras y frutas en los super mercados, la veremos haciendo cola en los cinematógrafos o usando los servicios públicos a una hora punta, codeándose o pisando callos de otros pasajeros.

En Japón, besar a una princesa ya no garantiza que te vuelvas príncipe.

La vida de plebeya de la señora Kuroda le costará al país el pago único de 152.500.000 yenes, 1'284'643 US Dólar. Caramba, suerte la de algunos sapos.






(*)Se entiende que lo de sapo es una figura. No tomarlo al pie de la letra, aunque...


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