martes, diciembre 20, 2005

Cruzó el puente






A los 79 años de edad falleció en Komaki, Japón, Abelardo Takahashi Núñez, músico y compositor peruano popular y fecundo.

Murió en el país donde nació su padre.


Nació y se crió don Abelardo en Ferreñafe, paraje de una milenaria civilización, lleno de embrujo, misterio y de hermosas mujeres.

Sólo una tierra así podía ser cuna de un hombre cuyas canciones poseían el embrujo, el misterio y porsupuesto la belleza de su tierra.


Sus canciones delatan a un hombre exquisito y sensible, empedernidamente enamorado de la vida y que supo cantarle a su gente y a su paisaje con sus propias palabras.

Tuve no solo la fortuna de estrechar su mano y oírle cantar en casa de su hija Katy y de su yerno Pablo, allá en Kanagawa, sino también de disfrutar su buen

talante y socarrón sentido de humor.

Se ha ido pero ha dejado un legado que los peruanos seguiremos cantando en el interin que separa la cuna de la tumba: "Que viva Chiclayo, "Engañada", "Con locura", "Ansias", "Embrujo", "Imaginación", "En punto de caramelo", "Angustia", "Crueldad", "Será mejor", "Mal paso", "Arrullo", "El beso", "Corazón de urpi", "El nuevo día", "Nuestra música se pasa". Además de 30 marineras norteñas, hermosas como "Sacachispas", "Severiano" o "El arenal".

Manuel Acosta Ojeda, otro notable compositor peruano, cree que el tema más hermoso que escribió Abelardo fue uno que tituló "El puente". Me sumo a esa apreciación.

"Al otro lado del puente
un nuevo cielo me espera
yo voy a cruzar el puente
aunque al cruzarlo
yo muera.

Allí las aves son libres
anidan en los laureles
hay rosales sin espinas
y los árboles no mueren
los ríos no tienen dueño
ni las montañas tampoco
todos aplacan su sed
bebiendo en la misma fuente.

¡Dígame si no hay razón!
¡Para que yo cruce el puente!"


Será enterrado en el cementerio de Ferreñafe al lado de doña Tarsila, su madre. Tal ha sido su última voluntad.