El manual
Son pocos los que se toman la vida al pie de la letra. El japonés es uno de ellos. Tienen un manual para cada cosa. Una manual de instrucciones sobre lo que tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer. Detallado, explicado, numerado e ilustrado para evitar yerros, equivocaciones.
Quizá suene exagerado. Pero un japonés no es nada si no tiene un manual. Un manual que le ahorre el proceso de pensar. Porque hasta pensar tiene sus pasos. Se podría afirmar que este apego al manual es inherente a su forma de ser, a su cultura.
Japón es uno de los pocos pueblos que ha tenido una continuidad histórica. No ha sido avasallado como ha ocurrido con la América indígena. Ha mantenido el japonés una línea en su identidad, en su cultura, en su idioma y religiones.
Su esencia se ha mantenido a través del rito, de la repetición, la costumbre. Todo está impregnado por la tradición. El arte, la gastronomía, la arquitectura, la convivencia y la etiqueta social, todo. Hay formas de cultivar, de construir, de elaborar, de cocinar milenarias. Que están escritas en papel hace varios cientos de siglos. Que ha sido la mejor forma de preservarlas. Dejando manuales de procedimientos y de conductas para cada tarea.
Echar un vistazo a una librería nipona es bucear por la idiosincrasia de un pueblo que hace mil años mantiene el mismo linaje real. Que es fiel así misma. Más allá de los libros y manuales de ikebana, ceremonia del té, bonzai, judo, karate, kimono, hay manuales que instruyen al neófito en el viejo arte de la almohada en ochenta sesiones fotográficas. Manuales de cómo conseguir empleo y de como perderlo. Manuales para ser un bateador infalible o un ciclista de alta montaña. Manuales para saber cómo comportarse en un matrimonio y en un funeral. Manuales para catar el caldo de los vinos. Manuales para saber decir y saber callar. Manuales de buenas y malas costumbres. Manuales para ser un buen jefe o un excelente subordinado. Manuales para ser un hombre rico. Y manuales para no ser pobre. Manuales para ganar elecciones y erecciones. Manuales que te enseñana a usar los manuales. En fin, manuales que te explican como matarte con 500 ejemplos gráficos de suicidios bonitos.
El último manual interesante lo encontró a finales de junio la policía de Osaka. En una de esas redadas por esos barrios sórdidos donde la gente de mal vivir planea cómo ganarse el pan a costa de la gente del buen vivir. Se trata de un original y auténtico Manual de Delitos. El libro de marras explica con lujo de detalles cuanta modalidad de robo existe, desde robar bolsos en almacenes, trenes y restaurantes hasta como apoderarse de un automóvil sin forzar la cerradura.
El libro contiene más de 100 páginas. Estaba en una oficina abandonada por un grupo de yakuzas. Da recomendaciones dignas de figurar en un texto de lectura honesta. Por ejemplo, dice: "actúa con cuidado y con toda responsabilidad", además da información sobre técnicas útiles para distintos delitos y justifica la vida criminal con argumentos como "que no hay otra forma de ganar dinero en esta sociedad".
Este Manual del Delito tenía el precio impreso en la contratapa: 11.000 yenes, unos 114 dólares. En todo caso, el delito tiene aquí quién le imprima.
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